Sangre Criolla
Autor Anónimo
(Con música de vals)
"También los hijos del pueblo
tienen su corazoncito"
que el valor no es patrimonio
sólo de los señoritos.
Dos guapos han dado prueba
sin actas y sin padrinos,
que aquí tienen los criollos
el corazón en su sitio.
Sin floretes ni pistolas,
sin médico y sin testigos,
sino con unas chavetas
puntiagudas y con filo
en el Montón se citaron
el CARITA y TIRIFILO.
La gente los conocía
como matones de oficio,
pues sabía que los dos
eran mozos divertidos
y le paraban los machos
a todo hijo de vecino.
Faitemanes como nadie,
valientes y decididos
mozos chuchos, ¡pura yema!
la flor de lo mejorcito.
Se enojaron una noche
y se dijeron sus dichos
y se fueron de palabras
y casi cambian un quiño,
pero entre ambos convinieron
mejor en un desafío.
Como los dos se insultaron
los dos eran ofendidos,
y hay cosas que solamente
pueden ponerse en su sitio
arreglando los disturbios
con la punta del cuchillo.
(Con la música de Luis Pardo)
En el Montón se encontraron
y allí se batieron
cual cumple al honor
el uno al otro se hirieron
y mucho admiraron
su saña y valor.
TIRIFILO era más diestro
y seis puñaladas
certero le dio;
y con las carnes cortadas
CARITA sereno
su sangre vertió.
Todos los que los miraron
suspensos quedaron
de ver su valor,
el CARITA no cedía
y más bien crecía
su audacia y furor.
TIRIFILO hizo sus quimbos
pero en una de esas
pegó un resbalón
y el CARITA en el momento
le hundió la chaveta
en el corazón.
A la morgue lo llevaron
y allí lo dejaron
porque eso es legal
y al CARITA lo cargaron
y lo trasladaron
hasta el hospital.
El pobre allí está,
dicen que a la cárcel
pronto pasará,
pero no será
pues como a valiente
se le juzgará.
(Con música de vals)
El CARITA será absuelto,
pues sólo van a presidio
los que roban o asesinan,
para purgar su delito,
no un hombre que mata a otro hombre
por honor en desafío;
porque hay que tener en cuenta
lo que dijo aquel que dijo:
"También los hijos del pueblo
tienen su corazoncito".
Enviado por Dario Mejia
Para encontrar el vals "Sangre Criolla" puse de vuelta y media periódicos y revistas de la época en que ocurrió el duelo aquel entre Carita y Tirifilo, el domingo 2 de mayo de 1915. No sabía la fecha exacta, solamente el año, por lo que tuve que revisar desde inicios del año aquel hasta dar con la noticia. Dicho vals, perdido o mejor dicho escondido en ese templo del saber, la Biblioteca Nacional del Perú, lo encontré hace dos años y lo di a conocer hace dos años también. Lo mismo que mencioné donde lo encontré por si había alguna otra persona interesada en ver el original. Es un vals bien largo que tuve que transcribirlo con cuidado para que no se me escape ni una coma, porque por tratarse de una revista antigua, la biblioteca no permite que le saquen fotocopia, con la finalidad de preservar mejor las publicaciones antiguas. Dichas letras las he incluido en mis artículos, así como otras más que he rescatado. Pero rescatarlas no me hace dueño de ellas ya que son de quienes las crearon y lo que buscamos los que de manera voluntaria estamos metidos en esta tarea de difundir y enseñar un poco más nuestra cultura y folclore, es que el pueblo peruano las conozca para que sepa que el vals también sirvió como medio de información para contar sobre algún acontecimiento y, de paso, aprenda a querer más su música, admirar a sus compositores y seguir la senda que nos dejaron como herencia.
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