Recuerdos de Arica

Vals

Nicanor Casas

 

 

Triste recuerdo de Arica

yo les voy a mencionar,

de esa tierra que hoy cautiva

no podemos rescatar.

 

El día siete de junio

de un año tan desdichado,

un parlamento confiado

fue a intimar su rendición.

 

"Tengo deberes sagrados

-repuso el gobernador-

que cumpliré con ardor

como un deber de soldados".

 

Mírenle, mírenle

ese genio y valor,

imitad, queridos soldados,

con fuerza de amor.

 

Todos salen al combate

como leones sedientos,

a defender a su patria

con regocijo y contentos.

 

Bolognesi y Ugarte,

Moore, Sáenz e Inclán,

Arias y más patriotas que van

 a todos se les oye su voz

y con bizarro poder:

"¡soldados no hay que temer!"

 

Ya suenan los clarines,

la corneta y el tambor,

yo defiendo mi bandera

con gusto en el campo de honor.

 

Llora, triste corazón,

llora por esos seres queridos,

que entre nubes de gloria han subido,

a la eterna y gloriosa mansión.