PERDÓN

Vals de la Guardia Vieja

De la casa de mis padres me ausenté,
verdad ¡un día fatal, pobre ay de mí!
a los brazos de una ingrata me entregué
y el cariño de mis padres lo perdí.
Pobres padres míos, los abandoné,
tal vez en mi ausencia llorarán por mí.

Cual ave errante por el mundo voy,
buscando a la amante que me traicionó;
ese es mi destino ¡qué desgraciado soy!
ese es mi camino ¡no sé a dónde voy!

Cansado de rodar en mi camino ¡pobre ay de mí!
a la casa de mis padres regresé
y al verme desgraciado me dijeron:
¿Por qué tanto nos haces padecer?
Ven acá, hijo mío, pídenos perdón,
que sólo en los padres existe el amor.