
Murió el Maestro
Vals Pedro Espinel Torres
Cubierto de crespones,
inclinan sus guitarras,
los bohemios hoy,
y con profunda pena,
ahogan sus acordes,
los de ayer también,
de qué vale ocultar,
que es muy grande el dolor,
es que no pueden ya,
que agita el interior,
del humano sentir.
Lo fúnebres heraldos,
dan a conocer,
la desaparición,
del que fuera en otrora,
el genial intérprete,
de nuestras canciones,
de meritorio saber,
de fecunda inspiración,
de su capacidad,
se enorgullece ya,
el folklore nacional.
Murió el maestro sin par,
hoy por tí ha de llorar,
la bohemia criolla,
de luto están las guitarras,
todo es tristeza y dolor,
a la necrópolis van,
en sentida expresión,
numeroso cortejo,
dispútanse el ataúd,
todos quieren cargar,
al amigo que se fue.
La ciencia fue impotente,
para salvar la vida de este ser genial,
la muerte injustamente,
lo eligió para ella,
haciéndolo inmortal,
pues la consagración,
que en vida tuvo él,
por su gran actuación,
le conquistó un sitial,
rodeado de esplendor,
en la inmortalidad.
Felipe Pinglo Alva,
el genial criollo,
de nuestra tradición,
que otrora nos brindara,
el caudal limeño,
de sus producciones,
con su muerte nos dejó,
gran vacío porque es,
imposible encontrar,
otro Felipe igual,
al maestro sin par.
El 17 de mayo, cuatro días después de la muerte de Pinglo, se funda el Centro Musical Felipe Pinglo en la Calle Mercedarias de los Barrios Altos, Lima. Sus amigos con los cuales solía hacer música se reunieron en la casa de Obdulio Menacho y allí se decide rendir homenaje a Pinglo con la creación del Centro Musical que tuvo a Pedro Espinel como su primer presidente.
Pasado los días de silencio musical, las guitarras empezaron a llorar y el 21 de mayo Pedro Espinel estrenó el vals "Murió el Maestro" en homenaje a Felipe Pinglo. Dicha composición fue la primera creación criolla que hizo Pedro Espinel, según dijo a "La Prensa" el 21 de junio de 1938. Pero Espinel no sería el único que nacería como compositor criollo a raíz del fallecimiento del Maestro Pinglo.
Dario Mejia
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