Jesús

 

Vals

Felipe Pinglo Alva

 

 

En la perfumada inquietud de la noche,

hora en que descansa mi alma,

pienso recordar al ser que tanto amé,

cuántas veces la he visto en mi sueño,

como ángel que abre sus alas,

dándole dicha al placer

de tus encantos divinos de mujer.

 

Si supieras qué amarguras

sufro cuando me desvelo,

si supieras que cantando

paso las horas felices.

 

¡Ay! Jesús yo no puedo vivir

sin tu amor, sin tu amor,

yo prefiero morir

que dejarte de amar.