EL CICLISTA

Polka de la Guardia Vieja



Una mañana, en mala hora,
sentada estaba una señora
en un banquito de esos de plaza
sin presumir lo que le pasa.

En eso viene, a lo lejos, un ciclista
que se perdía casi de vista
vino a estrellarse contra la reja
y ¡Cataplúm! Cayó la vieja.

¡Qué tal lisura, qué tal reposo!
¡Qué desvergüenza la de este mozo!
Si yo lo agarro lo desbarato
¡Y hasta le rompo el aparato!