Angel Hermoso

Vals Peruano

Abelardo Gamarra (Letra)

 Zoila Gamarra (Música)

 

Angel hermoso a quien amar juré,

prenda querida que en mi mente estás,

paloma pura cuyo vuelo alcé,

dime ¿por qué no me amas ya?

 

Si en adorarte mi existir cifré,

si en pos de tí mi pensamiento va,

si gloria y nombre para ti busqué,

dime ¿por qué no me amas ya?

 

Dime a quién debo consagrar mi amor,

dime ¿a qué aspiro si la fe perdí?

el mundo entero y el placer mayor,

marchita flor, marchita flor será sin tí.

 

Un canto pides de placer mayor,

a mí que arrastro un existir sombrío,

¿quieres acaso con el llanto mío

entristecer, entristecer mi corazón?

 


Enviado por Dario Mejia

Melbourne Australia

 

El primer vals con letra, "Angel hermoso", se escuchaba a inicios del siglo XX, aunque había sido creado en Arequipa en el año de 1885 con letra de Abelardo Gamarra "El Tunante" y música de su prima Zoila Gamarra. En el año de 1909 se publicó en el semanario "Integridad", que dirigía Abelardo Gamarra, la historia de como nació ese vals. En cierta ocasión Abelardo Gamarra "El Tunante" fue a pasar una temporada a la ciudad de Arequipa (1885), donde unas primas. Una de ellas, una rubia muy hermosa y eximia pianista invitó al poeta a improvisar una letrilla. "El Tunante", que se hallaba en los altos de la casa, en menos de un santiamén compuso la letra y arrojándola por la ventana le dijo a su prima: "Niña recibe esta paloma". La prima, Zoila Gamarra, le puso música y nació así el vals que es conocido como el primero con letra, "Angel hermoso".

 

Si muy bien los primeros valses creados en el Perú, que bailaba la clase alta y parte de la media en los elegantes salones, tenían el estilo de Viena, el estilo jaranero que tiene el vals criollo, o vals peruano, se logró después y fue producto del alma de la gente y el piso de tierra. Fue el resultado de la creación, inspiración, sentimiento y capacidad de improvisación que tiene, y ha tenido, el peruano. El vals fue llevado a los callejones por los criados de las casas elegantes y en su piso de tierra el peruano pobre, negros y cholos mayormente, lo acondicionó a su realidad, le puso su salero, su picardía, su ritmo y le dio identidad peruana. El criollo de los callejones volcó a través de versos y notas musicales sus vivencias, alegrías, amoríos, creencias, deseos, frustraciones, tristezas, triunfos, tradiciones, costumbres y pensamiento político, para crear hermosas composiciones que vendrían a resaltar nuestro cancionero popular y que identificarían al vals peruano ante el mundo, como lo deseó el maestro Felipe Pinglo, quien vendría a darle otra dimensión.