Relatos

Pinglo "Criollo sin par"

En el mes de Octubre, mes de nuestro criollismo, hablar de música criolla siempre nos lleva a buscar entre crónicas, acontecimientos saltantes de nuestros personajes, entre ellos nuestros compositores. Sin duda alguna, el nombre del “Maestro de Maestros” Felipe Pinglo Alva, es el primero que llega al pensamiento. Nos preguntamos entonces…¿cual fue en realidad la vida de Felipe Pinglo?.
He tenido la suerte de leer mucho con referencia a la vida de nuestro “Bardo Inmortal” y digo “mucho” entre lo poco que se sabe, de la vida de este símbolo de la patria, de nuestro criollismo y de nuestras tradiciones.

En mi opinión, la investigación que hiciera el maestro Manuel Acosta Ojeda sobre la vida “del Bardo Inmortal”, es la que mas se ajusta a l a realidad entre todas las investigaciones que se han hecho al respecto. “Felipe Soberano” del maestro Ojeda, tiene un contenido muy interesante.
También he leído los interesantes escritos de los Sres. Jorge Basadre, Aurelio Collantes y Ricardo Miranda Tarrillo. Existen muy buenos artículos criollos al respecto, en diferentes paginas de la Internet, como:
www.peruanita.com   / www.boletindenewyork.com   / www.callao.net  / www.musicacriollaelistas.net /, www.perumagiayencanto.com /, www.geocities.com/peruvian_connection /, www.marycaty.com /, [email protected]  entre otras.

En el año 1994, nuestra televisión limeña llevo a la pantalla chica la mini-serie titulada “El Espejo de mi Vida”, basada en la vida del maestro Pinglo.
Hace exactamente un año, mi madrecita (conocedora del gran amor que profeso a nuestra música, sus orígenes y su historia), pudo conseguirme una copia de dicha mini-serie, haciéndomela llegar con motivo de mi onomástico. (que tal regalazo).

Como muchos de ustedes saben, vengo “persiguiendo” la obra del maestro desde hace ya un buen tiempo, después de haber visto la mini-serie, compruebo algunos aspectos que formaron realmente parte de la existencia del “Bardo de Los Barrios Altos”.
Parece ser que los productores de la misma, trataron de presentar la vida del maestro Pinglo, basándose en los datos recopilados de las pocas crónicas que existen.

Aparecen, muchos personajes que estuvieron ligados de una forma u otra a la vida del gran Felipe. Personajes como su gran amigo “Miguelito Amable”, su consejero, el maestro Carpio (pianista de los cines de barrio), otro gran amigo y compositor, Samuel Joya. Hasta personajes que también figuran en las letras de algunos de sus mas reconocidos temas, como “La Buena Isabel”, “La Morena Rosa Luz”. Aparecen también personajes como el escritor y poeta, Carlos Mariategui, la “Tia Venturita”, el maestro Alcides Carreño (quien también interpretara valses del maestro), su inseparable compadre, el joven Pedro Espinel, nombrado mucho después, como “El Rey de la Polka”. Si no han visto esta “mini-serie”, amigos criollos, se las recomiendo, es muy interesante y entretenida.

Sin tapujos describen donde se inspira el maestro indiscutible, (en la famosa calle Capón) cuando compone el bello vals “Sueños de Opio”.
Se menciona como fue que el maestro se lesiona la rodilla, jugando un partido de fútbol con el equipo de sus amores “Lucitania” de “Los Barrios Altos”, quedando como consecuencia “rengeando” por el resto de sus días.

Con relación a la canción mas popular del maestro “Luis Enrique el Plebeyo”, nos presentan a un Luis Enrique diferente al que mucho de nosotros conocemos, (quizá por que un Luis Enrique tenia que aparecer en la historia). No se descarta la posibilidad de que la historia de “El Plebeyo” sea la historia del mismo Pinglo.

Se nos muestra un gobierno de aquella época, prohibiendo deliberadamente que las canciones del “Bardo” se programaran en las radios. Decían que por su contenido “de protesta”. Pero los seguidores del maestro, nunca obedecieron esas absurdas ordenes y cuanto podían coreaban a viva voz (con mucho orgullo y sin temer a las autoridades) los temas de nuestro extraordinario compositor.

Siempre supe que uno de los valses criollos mas cantados de los todos los tiempos ha sido “Hermelinda” (escucha amada mía, la voz de mis cantares….), de la autoría del maestro Alberto Condemarín (Barrioaltino al igual que Pinglo). La mini-serie cuenta que este bello tema fue escrito a la Srta. Hermelinda Rivera, quien (según la historia) fue novia de Condemarin, mucho antes de convertirse en la esposa de Pinglo.

Otra bonita anécdota del maestro Pinglo es cuando al ser invitado a una jarana, escucha al grupo criollo interpretar un par de sus canciones. Cuando el maestro pregunta quien es el autor de los temas que acaba de escuchar, los interpretes le responden que no conocen al autor.
Incluso en ocasiones se decía que Pinglo era de Piura, sin embargo hasta donde se sabe el maestro nunca salio de su Lima querida. Como mucho llego hasta el puerto del Callao, donde estrenó algunos de sus mas famosos valses.

“El Espejo de mi Vida” nos presenta a un Felipe Pinglo enamorado de la vida, enamorado de nuestra patria y su música, a un ferviente luchador por mantener vigente nuestra música criolla.
Desde entonces luchaba por una música criolla que no contaba con el apoyo que necesitaba, precisamente (como sucede hoy), por la invasión de la música foránea que al igual que hoy (o peor), se imponía en nuestras emisoras radiales. Esto lo manifestó el mismo Pinglo en una entrevista (la única que concedió), a la revista “El Cascabel”, muy leída por aquel entonces, donde el “Bardo” habla abiertamente de la situación que estaba viviendo nuestra música criolla.

Cuando el gobierno rectificó y permitió que las canciones del maestro se volvieran a difundir, ya Pinglo había dejado huella, marcando su nombre con letras de oro en la historia musical de nuestro Perú. Un maestro empeñado en enseñarnos a querer nuestra música, un “Bardo de los Barrios Altos” que nos estaba dejando sus bellas letras como legado, impregnadas en las paginas de nuestro pentagrama musical costeño.

Es siempre fascinante hablar de este gran compositor, sus seguidores nunca permitiremos que su basta obra quede en el olvido. El maestro Felipe Pinglo, siempre vivirá en cada una de sus canciones, legado al que nos aferramos los que amamos este bello genero musical, “El Vals Criollo del Perú”.

El Martes 28 de Junio de 1899, en el departamento Nº 589 de la calle El Prado, en los Barrios Altos, nació Felipe Pinglo Alva “El Bardo Inmortal”

A las 5 de la mañana del 13 de Mayo de 1936, a los 36 años de edad, murió Felipe Pinglo Alva “El Maestro de Maestros”.

 

Desde Pennsylvania

Víctor Hurtado Riofrío

 

“El Llanto de un Criollo”

Por: Víctor A. Hurtado Riofrío

 

Desde muy niño aprendí a querer y admirar la música que escuchaban mis queridos padres, no solo eso, recuerdo bien que en mi casa la radio se encendía desde las tempranas horas de la mañana.  Recuerdo a mi papá alistándose para ir a al trabajo y a mi mamacita preparándonos el desayuno mientras nos planchaba la ropa del colegio….me acuerdo como si fuera ayer!!!!

Ahora que soy un hombre maduro me pregunto ¿Como hacia mi madre para criar, cuidar y amar a tanto muchacho?, éramos ocho y dábamos lata duro. Creo que era por eso que mi mamacita se entretenía escuchando música en la radio y los fines de semana viendo los show criollos de la TV.  Recuerdo  también estar siempre  presente en todas las actividades escolares, creo que era yo el primero en apuntarse para las actuaciones de las fiestas cívicas y era mi madre la que nos preparaba, enseñándonos las canciones o poemas…..  Recuerdos que no volverán pero que vivirán por siempre en un rinconcito de mi corazón.

 Por mucho tiempo las canciones mas populares del cancionero criollo, eran cantados por la afinada voz de mi señora  madre a quien yo le preguntaba: “Mami ¿de quien es esa canción? Y a lo que ella contestaba: “Oh! ese es un gran compositor hijito, se llama Felipe Pinglo Alva”.  Fue esa la primera vez que escuche ese ilustre nombre y desde ese entonces NUNCA se me olvido. 

Siempre indague sobre la vida e historia del mas grande compositor que ha dado el Perú y busque ansiosamente por sus canciones, al comienzo sin mucho éxito.  Hoy por hoy cuento en mi colección con casi todos sus temas, que además están muy bien interpretados por un sin numero de catantes criollos de primera línea.  También cuento en mi haber con un par de buenos libros que hablan de la vida y obra del gran “Bardo Inmortal” de quien me convertí en acérrimo admirador y seguidor de su basta obra. Mi viejita  gusta de la buena música y los buenos interpretes.  Mi padre siempre me hablo de grandes cantantes criollos que el había visto en persona como los hermanos Govea, los Hnos. Ascue y muchos otros.  Mi viejito era chalaco, pero se iba hasta Lima para disfrutar de las jaranas de rompe y raja que por esos lares se desarrollaban. Con esta reseña familiar trato de decir que desde muy niño siento gran apego por el cancionero nacional patrio y lo simplifico así: “Soy Peruano, Soy Chalaco, Soy Criollo y de mi Tierra canto el Vals”

 Hace exactamente dos años (2001) viaje una vez mas a mi Perú querido, lo hice en esta ocasión acompañado de mi amada esposa.  Entre los planes habíamos previsto pasear Lima y el Callao (de punta a punta) ya que vivimos hace 24 años en los EE.UU. y en viajes anteriores me había dedicado exclusivamente a la familia.  En este viaje  recorrer la capital y nuestro primer puerto eran una prioridad.  Así uno de esos días de nuestras vacaciones, emprendimos nuestro hermoso paseo, les cuento que entre las atracciones que quería conocer estaba la casa donde nació y se crió el gran Felipe Pinglo Alva.  Creo que mi esposa no se imaginaba el tremendo interés  que tenia por pisar dicho lugar, un lugar que muchas veces soñé con conocer y así fue.  Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando uno de mis sueños se hacia realidad. Conocer la vivienda del compositor mas grande de nuestro cancionero nacional era algo que mi emoción contenida en mi pecho no daba mas.  Mi esposa me decía: “Pareces un niño”, les juro que no sabia que hacer, trataba de preguntar a cuanta persona que pasaba por los alrededores si alguien sabia mas acerca de tan importante personaje de nuestro cantar, me tome fotos, mi esposa filmaba, etc.  Hasta que la euforia o la adrenalina se normalizaron y pude ver la realidad, esa realidad que empaño mi alegría…..Quizás para mi esa realidad era mucho mas trágica, ya que aun a la distancia  yo amo nuestras costumbres y tradiciones,

me siento tan orgulloso de ser peruano y de todas esas cosas que el Perú  sabe dar, fue por eso que mis ojos se llenaron de lagrimas, esas lagrimas que muchas veces la impotencia  y el dolor hacen que un hombre con “H” llore. 

Como era posible que la casa en donde nació y se crió “El Maestro” estuviera  convertida en una fabrica de soldadura.  No solo eso, se hallaba en un estado deplorable y de abandono.  Mi pregunta era entonces ¿por que las autoridades correspondientes no han hecho absolutamente nada por preservar ese histórico lugar?  En otro país seria algo así como una reliquia.  Es que acaso las autoridades de nuestro país no saben el significado de “Patrimonio Nacional”.

 Echarse la culpa los unos a los otros a estas alturas no soluciona nada, hablemos de la forma que el municipio ha permitido que esto suceda, no hay excusas que valgan, lo primero es lo primero.  Creo que el gobierno debería impulsar una ley de protección y conservación de nuestros patrimonios culturales en la nación.

    Después de seguir caminando e indagando mas sobre el “Bardo Inmortal”, seguí mi paseo, pero con un dolor que me tenia de mal humor, dolor que tenia que callar para no arruinarle el paseo a mi esposa.  Pero mi indignación no tuvo limites cuando llegando a la “Plaza de Armas” me doy cara a cara con un monumento erigido al “Conquistador” Francisco Pizarro…..que ironía!!!!…que vergüenza!!!!…y  que desgracia!!!!!.

 Recuerdo que cuando alce mi voz de protesta, alguien dijo por allí: “no te molestes hermano, eso es parte de la historia”, que parte de la historia ni que ocho cuartos!!!,  alguien me puede decir ¿en que parte del mundo se le hace un monumento a un criminal?, hay que llamar las cosas por su nombre, ese hombre no fue ningún “conquistador”, en todo caso lo que fue es un vil ladrón y un asesino, que llego a nuestra patria, humillo, robo, avasallo y acabo con lo que fue  nuestro  “IMPERIO” o es que ¿acaso ya se nos olvido?.

 Historia!!!, lo mismo digo cuando nunca he estado de acuerdo con eso de que  Cristóbal Colon “descubrio” América,…. una vez mas, llamemos las cosas por su nombre, Cristóbal Colon no nos “descubrió”, en todo caso nos “encontró”.

Cuando su expedición llego a nuestras tierras, nosotros ya éramos una civilización bien constituida, a la cual nunca los “Conquistadores” supieron respetar, por que lo único que querían era apoderarse de nuestras riquezas.  Si la cosa fuera tan simple, díganme entonces “¿Acaso los judíos le han levantado un monumento a Hitler?”, no me venga nadie a decir ahora que una cosa nada tiene que ver con la otra,  por que claro esta que los dos aparecen en la historia entre los criminales mas grandes del mundo.

 

Víctor Hurtado posando frente a la entrada de la vivienda en donde naciera el maestro Felipe Pinglo Alva (18 de Julio de 1899) Calle del Prado en los Barrios Altos en Lima. 

Como es posible que nos obliguen a tener presente a ese individuo que causo tanto dolor en nuestra patria y lo exhiban como si fuera un “heroe” en un lugar que debería ser ocupado por algún verdadero héroe peruano que reúna los meritos suficientes para estar engalanando nuestra bella “Plaza de Armas”. 

Hagamos un examen de conciencia, los invito a que se sientan peruanos de verdad y que veamos y llamemos las cosas por su nombre.  Permitir estas irregularidades constituye falta de amor por lo nuestro,…. se imaginan la casa de Felipe Pinglo Alva convertida en un museo donde nuestra juventud pueda ir y enterarse de quien fue “El Bardo Inmortal”, de conocer sus canciones, sus anécdotas, y lo bello de su obra.  Todo nuestro pueblo, en especial las nuevas generaciones,  deberían de saber del “padre del criollismo”.

 Si el “Maestro” pudiera escucharme, le pediria disculpas en nombre de los criollos que nos enorgullecemos de que el halla nacido en nuestro Perú, de los criollos que como yo siempre lo recordamos e interpretamos sus canciones.

Le pediría que nos ayude a iluminar la mente a nuestros gobernantes para que le presten atención debida al significado de la “Patrimonio Nacional” para así poder tenerlo en el alto lugar que el se merece, como “El Bardo Inmortal”.

 Este escrito y la canción que incluyo a continuación, son el humilde homenaje póstumo al mas grande compositor peruano de música criolla-costeña, orgullo de nuestra nación.  Para el incomparable Felipe Pinglo Alva “El Maestro”.

 

Julio 18, 1899- Mayo 13, 1936

 Victor Hurtado Riofrio                                      

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FELIPE PINGLO ALVA 
 
  Como sensitivo poeta popular, Felipe Pinglo Alva fue inspirado pintor de nuestros escenarios y alguno de sus humildes y perdurables personajes. Y así como la luz rebota en el espejo, en sus canciones quedó reflejada su propia imagen, triste y romántica sin curación.
 
Era como quien con el alma herida, deambula preocupado por algo que no puede apartar, pero que debe aceptar. Por eso cantaba amores y  lloraba cuitas. Su historia lo revela como un predestinado para la angustia como pan de cada día. Y es que el infortunio lo acompañó desde el nacer.
 
Florinda Alva lo alumbra en los Barrios Altos el 18 de julio de 1899, para morir días después. Es una herida en el alma que no cicatrizaría jamás. Y su signo se manifiesta en un rosario de penas hondas. Por ello comparte con sus amigos los dolores y esperanzas de todos los días. Es ya el lánguido bohemio que de las cuerdas extrae un cúmulo de valses y polkas que cambian el curso de nuestra música y que hoy son joyas del cancionero popular.
 
Así Pinglo le cantaba al amor y a la vida como para auyentar a su dolor perenne, hermanado a la guitarra que endulzaba su amargura.
Por eso cantábales a las Venus criollas de ojos que eran de cielo y de miel sus sonrisas, ocultando tras de ellas la escapatoria de sus sollozos.
 
Entonces, aquel hombre enfermizo y pálido que rengueaba, se destruyó en cuerpo y alma. Y el bordón de su guitarra gimió extrañamente el 13 de mayo de 1936. A los 37 años dejó de existir y sufrir, después de una vida corta como la de los geniales precursores: César Vallejo y José Carlos Mariátegui.
 
 
Tomado de Antología Criolla del Perú.
Cortesia de Victor Hurtado Riofrio