Hermelinda
(Vals Peruano)
Felipe Pinglo
(Compuesto el 6 de agosto de 1919)
 
Yo he reflexionado en el silencio de una noche
acerca del amor de una mujer
al cabo ha gemido mi corazoncito
al ver la felonía de una ingrata infiel.
 
En ti puse yo Hermelinda idolatrada
todo el fuego de mi cariño fiel
y has pagado como pagan las mujeres
con un cruel desprecio en su ansia de placer.
 
Yo ciego te adoré y en tus facciones vi
la imagen que en mis horas de ensoñación forjé
pero todo ha pasado ya se desvaneció
el idilio que por ti se forjó en mi corazón.
 

 

 
Las mujeres en las canciones de Pinglo han sido muchas, no habiendo sido necesariamente amores del bardo criollo. Como todo poeta y romántico, Pinglo tuvo desengaños amorosos en su juventud que los volcó a versos que fueron convertidos en canciones. El 6 de agosto de 1919, a la edad de 20 años, Pinglo compone el vals "Hermelinda" el cual relata sobre un amor infiel.
 
El destino, que a veces es un poco travieso, hizo que años más tarde Pinglo conociera a otra mujer de nombre Hermelinda, la cual llamó mucho su atención. A la nueva Hermelinda le dedicó su vals "Semblanza" (nombre que figura en la letra original), vals que también es conocido como "Cautivadora". Hermelinda Rivera Urrutia (18) y Felipe Pinglo Alva (26) se casaron el 11 de mayo de 1926, un año después que Pinglo la conociera, cuando ella tenía 17 años.
 
Pero Hermelinda Rivera, antes de conocer a Pinglo, había sido enamorada de otro gran compositor barrioaltino, Alberto Condemarín, quien seguía enamorado de ella, así que Condemarín, con el corazón destrozado por un amor no correspondido, escribió un vals donde describe su pesar, poniéndole el nombre de la mujer que seguía amando en silencio, "Hermelinda". Dicho vals de Condemarín, "Hermelinda", alcanzó rápida popularidad y se convirtió en uno de los clásicos de nuestra música criolla... "Escucha, amada mía, / la voz de los cantares / que brotan de mi lira / cual desolado son. / Malévola es tu ausencia / temiendo mil azares, / enferma tengo el alma / y herido el corazón..."
 
Se cuenta que Pinglo, herido en su amor propio por la hermosa composición de Condemarín y que él sabía estaba dirigida a su esposa, deseaba escribirle a su esposa un vals que fuera popular también. Se dice que en muchas ocasiones Pinglo empezó a delinear los primeros versos y acordes de su vals para Hermelinda, pero luego los borraba. Dicha pieza mantuvo preocupado al Maestro durante buen tiempo, pero mientras tanto seguía componiendo maravillosas piezas musicales que han pasado a la inmortalidad.
 
El 6 de mayo de 1936, Felipe Pinglo Alva terminó de escribir su vals "Hermelinda", el cual se lo dedicó a su esposa Hermelinda Rivera. Pinglo ya se encontraba muy enfermo por lo que dicho vals, el último que compuso el Maestro, lo terminó en su lecho mortal ya que una semana después dejó de existir. Hermelinda Rivera no quiso dar a conocer aquella última composición de Felipe Pinglo por lo que por haberlo mantenido ella guardado por mucho tiempo, no es muy conocido.