Pedro A. Bocanegra

Famoso compositor y cantante criollo de la "Guardia Vieja", de varonil voz y hermosas inspiraciones. Nació en Chiclayo, Lambayeque el 4 de junio de 1890. Hacia 1910 toca el clarinete en la Banda de Guerra del Ejército del Peú, en la frontera norte. Se sabe que en 1921 vivía en Lima en un cuarto del callejón del Pino, de la calle Patos, donde aprendió a tocar la bandurria y a ejecutarla en la bohemia. En 1918 se fue a vivir al valle de Huanca del Mantaro; retornando a su rincón bohemio del Cuartel Primero de Lima en 1921. En la madrugada de Enero de 1927, al volver de una jarana, cayó enfermo y falleció de los bronquios y del corazón.

Compuso las obras: " Entre los dos", "La Alondra", "En tu día "(La bóveda azulada), "Soy hoja desprendida", "A orillas del Mantaro", etc.

Empezaba el año de 1927 y las celebraciones del nuevo año causarían estragos en la salud de uno de los más grandes trovadores que haya tenido el cancionero criollo, Pedro Augusto Bocanegra, quien falleció en la madrugada del 4 de enero de 1927, víctima de una neumonía fulminante que lo postró en su cama para ya no levantarse más.

Pedro Augusto Bocanegra nació el 4 de junio de 1890 en la ciudad de Chiclayo. Su familia fue muy numerosa ya que su padre, Santiago Bocanegra de profesión herrero, tuvo muchos hijos.

Siendo joven se traslada a Lima y se enlista en el ejército en el año de 1910 para servir a la patria que se encontraba en medio de un conflicto internacional con Ecuador, por lo cual se trasladaron tropas a la frontera. Integró la banda de músicos del ejército donde se destacó tocando el clarinete y componiendo la marcha "Los voluntarios" en honor al coronel Emilio Soyer.

Luego de servir a la patria durante dos años, Bocanegra vivió en el famoso Callejón del Pino en la Calle de Patos, actual quinta cuadra de la Av. Emancipación. La bohemia de Lima lo ganó destacando como gran bandurrista, guitarrista, compositor, cantor de serenatas y la recidumbre de su voz. Formó dúo con Regino Guerrero, con quien se volvió inseparable siendo muchas las serenatas que dieron en la Lima de antaño.

El sector del Cuartel Primero fue donde Bocanegra solía jaranearse, especialmente en las calles de Monserrate y San Sebastián, frecuentando en esta última la "tira" de la antigua bótica de San Sebastián. "El Cancionero de Lima" fue el medio a través del cual Bocanegra dio a conocer sus composiciones, llegando de esa manera a los sectores que practicaban la música popular.

A Bocanegra le pertenece los valses "Adriana", "A orillas del Mantaro", "Carmen", "Entre los dos" (con música de Guillermo Suárez), "La Alondra", "Mi despedida", "Separación" (con música de Lorenzo Marchena), "Soy la hoja desprendida", "Todo delirio", "Un Suspiro" y muchas obras más. Se le atribuye la autoría del vals-serenata "La bóveda azulada", conocido también como "En tu día", existiendo cierta controversia al respecto.

Las malas noches mermaron la salud de Bocanegra y fallece en su casa del Callejón del Pino a la edad de 36 años, el 4 de enero de 1927. Años más tarde, luego de crearse los centros musicales "Carlos A. Saco" (1935) y "Felipe Pinglo" (1936), como un homenaje al gran compositor criollo se fundó el Centro Musical Pedro Bocanegra que reconocería el gran aporte de Pedro Bocanegra al fortalecimiento y engrandecimiento de nuestro cancionero criollo.

Dario Mejia

 

La Premonición de Pedro Bocanegra

Hacia las dos de la madrugada, en su querido cuarto del Callejón del Pino, rodeado de sus dormitados amigos que se turnaban para cuidarlo, un Enero de 1927 falleció el eximio compositor Pedro A. Bocanegra. Heredamos de Bocanegra un bagage de bellas canciones y serenatas entre las que se cuentan La Alondra, En Tu Día, Separación, Entre los Dos, Soy la Hoja Desprendida, A Orillas del Mantaro y otras que enriquecen el cancionero popular.

Bocanegra, como Vallejo, supo que su muerte se produciría a esa hora. Un mensaje premonitorio de su finel desenlace lo escribió en ese hermoso vals  llamado La Alondra de la siguiente manera:


Anuncia las dos de la mañana,
es la hora de partir mi dulce amor,
no es la alondra, la aurora está lejana,
es el dulce cantar del ruiseñor.



En otros versos anticipó su agonía. Bocanegra murió, como se ha dicho, rodeado por sus fieles amigos que fueron despertados por el tronal de un temblor limeño.
Ellos preguntaron a Bocanegra por el movimiento pero ya no recibieron respuesta; el bardo, el bohemio por excelencia había muerto. Antes de morir compuso una jocosa cuarteta de un vals llamado Sorderas que nunca terminó. Dichos versos decían:



Es ya de madrugada y no oigo
¿Será que Dios me ha castigado?
No lo creo, pero ya sé, ya caigo,
Mis amigos, mi sordera han elaborado.



El bohemio auténtico, como lo llamó Niko Cisneros, le recitó a su agonía.

Alfredo
 

 

 

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